Malcocinado

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Casi inmerso en territorio andaluz, los orígenes de este municipio se relacionan con un asentamiento de pastores dependiente de Guadalcanal, encontrándose los primeros datos fehacientes en los archivos de dicho pueblo. Éstos se remontan al siglo XVI y hacen referencia a bodegas de vino, almazaras de aceite y al cobro de los impuestos, aunque no fue hasta mediados del siglo XVIII cuando adquirió entidad suficiente para ser considerada aldea. Ortiz de Thovar le atribuye un pasado remoto y legendario, llamándose Arcóbriga o Ciudad de Arcos.
Perteneció a Sevilla bajo la jurisdicción de Guadalcanal y posteriormente bajo la jurisdicción de Azuaga.
En 1833 y por orden de Isabel II, Javier Burgos realizó la actual división provincial de España, y al trazar los límites de cada provincia, incluyó Malcocinado dentro de la de Badajoz. Las autoridades locales volvieron a realizar la petición de segregación del término de Guadalcanal puesto que ya con anterioridad se había intentado la misma. De este modo, en 1842 se convirtió en municipio independiente dentro de Extremadura con la categoría de aldea, emancipándose de Guadalcanal por Real Orden del Regente del reino, Baldomero Espartero el 12 de abril de 1842, con la denominación de Aldea de la Victoria, nombre que no prosperó y que sería sustituido por el actual derivado de la dehesa sobre la que se asienta.
El trazado urbano de la localidad es abierto y muy regular con amplias calles y atractivas viviendas encaladas que se acompañan con simpáticos escenarios ajardinados que dan colorido a sus calles.

Ahillones, Azuaga, Berlanga, Campillo de Llerena, Casas de Reina, Fuente del Arco, Granja de Torrehermosa, Higuera de Llerena, Llera, Llerena, Maguilla, Peraleda del Zaucejo, Puebla del Maestre, Reina, Retamal de Llerena, Trasierra, Usagre, Valencia de las Torres, Valverde de Llerena, Villagarcía de la Torre.